jueves, 21 de enero de 2010

escorado en popa

La habitación rezuma tintes de odio expresados en un macabro silencio, las paredes burdamente pintadas de colores pastel habían palidecido, al llegar la penumbra, esa en la que el mundo se suma aproximadamente 12 horas, que llena la ciudad del la angustiosa luz mortecina de una luna que lanza sus últimos estertores en forma de rayos lumínicos.

Esos haces se colaban por la cortina mal echada,e incidían en la punta de los dedos de los cuales estaban a punto de aparecer, dos nunca solicitas gotas de sangre que resbalaban una detrás de la otra, como una siniestra carrera por abandonar el cuerpo por el que antes fluían.

Aunque el propietario de la hemoglobina estaba ocupado en cosas que requerían toda su atenciòn, como respirar, asi que no se percató de los aires libertarios que habían adquirido los heroes rebeldes, que seguramente incitarían a seguir a mas seguidores por el surco de su brazo, llegando al final del trayecto y suicidándose cual lemmings, para ir a caer contra el gres que adornaba el suelo.

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